3 consejos para leer las etiquetas de los alimentos

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Leer las etiquetas de los alimentos es una de las mejores formas de protección del consumidor cuando se trata de alimentos. Sin embargo, es imprescindible educar a los consumidores sobre los alimentos para que puedan tomar decisiones más informadas y conscientes. Dada la dificultad que tienen los consumidores para interpretar las etiquetas, Nutrisciente® ha desarrollado un curso práctico (¡y breve!) para que tengas la oportunidad de aprender, de forma accesible y práctica, todo sobre el etiquetado de los alimentos.

Aunque los términos «etiqueta» y «etiquetado» se utilizan habitualmente para referirse al mismo concepto, existen diferencias entre ellos. ¿Y cuáles son estas diferencias?

  • Una etiqueta es un rótulo, marca comercial, imagen u otra indicación gráfica descriptiva, escrita, impresa, estarcida, marcada, grabada en relieve, en relieve o fijada en el envase o recipiente de productos alimenticios;
  • Por etiquetado se entienden todas las indicaciones, términos, marcas, nombres comerciales, imágenes o símbolos que se refieran a un producto alimenticio y que aparezcan en cualquier envase, documento, aviso, etiqueta, anilla o collarín que acompañe o se refiera a dicho producto alimenticio.

Desde este punto de vista, «etiquetado» es un término más amplio que la mera etiqueta que vemos en los alimentos. En esencia, el etiquetado es una «tarjeta ciudadana» para cada producto alimenticio, que contiene información desde su origen hasta el momento en que lo encontramos en la estantería del supermercado. Proporciona un conjunto de información e indicaciones, incluidas imágenes y símbolos, sobre el producto alimenticio, que aparecen en la etiqueta, el marbete, la cinta o en un cartel junto al producto.

La etiqueta debe proporcionar toda la información que permita al consumidor conocer el producto y elegir con conocimiento de causa. Algunas de estas informaciones son obligatorias y otras facultativas. Sin embargo, la clave de toda esta información es que usted sea capaz de interpretarla y tomar decisiones más informadas para usted y su salud. A lo largo de este curso práctico sobre etiquetado de alimentos, tendrás la oportunidad de ver varios ejemplos y practicar ejercicios que te ayudarán a interpretarla, ¡paso a paso! Y para que puedas empezar a aprender desde ya, te dejamos con 3 consejos útiles, entre muchos otros incluidos en este curso. ¿Vamos?

Consejo nº 1: Nunca compres nada sin mirar la fecha de caducidad

Más comúnmente conocida como fecha de caducidad del producto. Suele aparecer en forma de las palabras «consumir antes de», «preferiblemente antes de» o «preferiblemente antes del fin de», seguidas del día/mes/año. Cabe señalar que para algunos alimentos la fecha de caducidad es opcional, como el azúcar, el vinagre, la sal y el vino.

Consejo nº 2: Compruebe la lista de alérgenos

Si el alimento contiene uno o varios ingredientes o coadyuvantes tecnológicos o derivados de una sustancia o producto que causan alergias o intolerancias, es obligatorio mencionarlos en la etiqueta. Puede encontrarse en forma de «lista de alérgenos» o resaltado en negrita en la lista de ingredientes, o en forma de «puede contener trazas» o «contiene trazas de».

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha considerado que determinados ingredientes tienen más probabilidades de provocar reacciones adversas. Dentro de una extensa lista, algunos ejemplos de alérgenos son: cereales que contienen gluten, crustáceos, huevos, soja y algunos productos a base de soja, frutos de cáscara, apio, mostaza, entre muchos otros.

Consejo nº 3: Compruebe el contenido de sal del producto

En Portugal se ha vuelto imperativo incluir el contenido de sal en la declaración nutricional, ya que el consumo excesivo de sal está asociado al desarrollo de enfermedades cardiovasculares como la hipertensión arterial. De media, los portugueses consumen unos 10 g de sal al día, el doble de la cantidad recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que establece que la ingesta diaria de sal no debe superar los 5 g al día. Desgraciadamente, éstas siguen siendo las patologías que más contribuyen a la mortalidad en Portugal.

La declaración nutricional también puede incluir una referencia al «sodio», especialmente en otros países que no indican el valor de la sal. La conversión de sal y sodio se basa en la siguiente referencia:

1g de sal – 400mg de sodio

Estos son sólo algunos de los muchos consejos incluidos en nuestro curso práctico «Etiquetado de alimentos – Hagámoslo sencillo…». Puede ver el curso aquí. ¿Quiere saber más?

Photo credit: Freepik

Sara Barreirinhas

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